Es curioso que un estado de animo miserable sea el desencadenante de tantas expresiones artísticas, si lo pensamos muchas de las mejores canciones jamas escritas, esos poemas crípticos y hermosos y esas novelas que dejan hundir al lector en un sueño toxico, como si fuera un vaho denso que se mete por la nariz hasta nublar la mente y el corazón, todo eso fruto de un desgarro en el alma, es curioso como estas sensaciones primarias son exactamente las mismas que sufre un desdichado en un idioma diferente al otro lado del océano, en una especie de conexion que va mas allá de todo eso, es algo así como un sentimiento natural.
En algún punto todos los hombres fuimos uno, nuestra esencia estaba por completo mezclada y esa masa original albergaba las mismas penas que las que sufrimos ahora, obviamente ellas mas sagradas y gloriosas por ser las primeras, pero todos las percibimos alguna vez, antes de nacer ya estaban en nuestro ser. En algún punto de la eternidad cada individuo se libero y se consolido en un ente solitario en busca de la sensación sagrada y gloriosa que experimento algún día.
Todo esto nos lleva a preguntarnos como es que nos conectamos aun después de eso, se supone que la respuesta esta en la esencia, lo que nos hace a cada uno. Eso lleva a una pregunta igual de confusa que es como sabemos que somos, en teoría se puede decir que somos el conjunto de percepciones que el resto tienen de nosotros mas la propia visión de cada individuo sobre si mismo, las cuales a su vez están conectadas. Cada una de estas visiones son el reflejo de nuestras acciones frente a las diferentes situaciones que se nos presentan, digamos que dependiendo de que si yo me encuentro en un tren directo a once con el corazón endurecido y las manos heladas en una tarde de invierno, es una situación radicalmente diferente a la que me podría encontrar una noche de verano viendo a los ojos mas hermosos del mundo con mi cerebro embriagado de felicidad, actuaremos de maneras muy diferentes dependiendo la situación y esas acciones definiran la visión que tengan los demás de nosotros y nos definirá de alguna forma, nos creara un contexto en el cual definirnos a nosotros mismos como humanos.
Ahora bien si nos pensamos en diferentes realidades se crea un conflicto, ya que no hay forma de establecer si lo que se percibe por nuestros receptores, de por si inútiles para aclarar esta pregunta, es realidad o no. Entonces pensemos que existen millones de realidades posibles y tampoco tenemos los medios para saber cual tiene mayor jerarquía. Esto nos complica a la hora de definirnos, ya que si hay un múltiples realidades hay múltiples definiciones de cada ser, esto es imposible por que el ser es único y no es útil definirnos como una aleatoria cantidad de posibilidades, entonces lo que nos define jamas podrá ser la realidad, ni tampoco la visión de otros, ni tampoco la de uno mismo.
¿Que nos define entonces?
Yo creo que todo radica en ese estado inicial, lo que nos define es esa conexion que existe mas allá de la realidad, es esa porción de melancolía que todos probamos alguna vez, ese dolor amargo que se instala en la boca del estomago y pesa en los ojos, que provoca pirexia en el cerebro y hace mas pesado el caminar. Es lo que enmarca cada alma, no es la felicidad, ni el amor, es la sensacion de que el mundo esta hecho para perder, ese sentimiento que te hace ver hacia atrás y dudar de ese momento perfecto, por que en el fondo sabes que algo tiene que fallar, como una regla natural.
La melancolía es lo que define a cada hombre y es por eso que es el motor de tanta empatia, que deja ver algo tan hermoso como la fragilidad del alma humana, que paradogicamente me es esperanzadora.
sábado, 11 de julio de 2009
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