Hogar (limbo)

La confusión esta en el aire. La olés en cada esquina, mientras te penetra una y otra vez, sentís como golpea contra tu alma, contra tu carne expuesta y roja. Ya no duele como la primera vez. Te derriba y una vez mas apretás las muelas, no tenés control. Eso ya no es sorpresa, aprendiste a jugar así, esperas paciente para subirte sobre ella y domarla.
Todo es un juego y ya no sos novato, pero la perfección está tan lejos. Es difícil aprender a jugar como los expertos, muy pocos lo logran, pero estás muy seguro que esa meta no te es inalcanzable.

Doblas en la próxima cuadra y buscas refugio en esa cueva de colores sombríos. El olor a cerveza rancia te invade. Relajás la mandíbula y te quitás las lentes. Es mas silencioso que afuera, eso es seguro, o quizás no. ¿Que es seguro? En realidad el sonido te abofetea mas fuerte que nunca, pero cada golpe te llena de vida, una vida robada, un parate en el espacio/tiempo.

Sentado frente a la barra, las luces tenues descansan tus ojos. Una mezcla de verde y marrón, un cristal que deja pasar la luz de una forma especial y permaneces en trance frente a la foto. Hay días donde te haces tiempo para sacar fotos con la mirada, como si tus pupilas dilatadas de la excitación fueran el diafragma de una cámara prestada que se adueña de cada imagen.

Pedís una pinta y dejás que el aroma tostado se deslice en tus fosas nasales, mientras que el liquido oscuro y pesado envenena tu pecho. - I never never want to go home because i haven't got one... anymore - Las palabras de Morrissey se escuchan de fondo, como si fueran el soundtrack de un corto en el cual conseguiste el papel principal. Esta es tu casa, una de las tantas, pero muy lejos del lugar donde dormís cada noche. Soñás con una vida muy lejos de ahí, un mundo de fantasía que solo existe en tu cabeza. Pero sabes muy bien que la realidad esta muy lejos de ese limbo que armaste para que la confusión desaparezca.
Las guitarras cambiaron y la voz rejuveneció en olas y verano. Todavía queda media pinta.