domingo, 30 de agosto de 2009

Exceso de Pensamiento Lateral

Puso la mente en blanco, se sentía un tanto cansado, no mas por que hubiera hecho demasiado, en realidad por todo lo contrario, seguía trabajando en las mismas lineas desde hace ya un año, apresado en un trabajo monótono, que aun así había conseguido retorcer su sentido para que este cobrara algo de valor en si mismo. Jugaba a ser un dios.

Se decía a si mismo que escribía el día de la vida de un hombre antes que sucediera, de hecho podía ser de uno o miles, era un juego de posibilidades, doce historias diferentes para cada día y todas auguraban un gran destino que solo se consumaría para un par de elegidos.

Las historias no pueden ser fatales, a nadie le gusta escuchar que el cielo se les caerá en su cabeza. Cada tanto un dolor de espaldas o conflictos en la pareja, pero no muy seguido. A la gente no le gusta el pesimismo, nadie leería historias que dijeran que ese día lo despedirán del trabajo por un estúpido error en el ultimo informe entregado al jefe, o que el amor de su vida lo dejara por una versión actualizada y mas entretenida de lo que solía ser. No, nada de eso, un poco de infortunio, pero solo para conservar el realismo. Le gustaba reservar esas historias para la gente que le desagradaba, era como una nota de color en su juego personal.

Creaba un universo distinto cada vez que escribía, cuántos podían jactarse de lo mismo, sus facultades estaban un poco limitadas y no eran cien por ciento efectivas, pero con el individuo adecuado podía relatar en unas pocas lineas el momento mas importante de su vida, era un poder impresionante, vomitar el destino desde un par de pensamientos inconexos, el mismo dios jugaba el mismo juego todo los días, aunque el tenia un par mas de permitidos.

A veces se preguntaba que es lo que le auguraba para él ese día, que había escrito el destino para él, de una vez por todas iba a dejar ese trabajo, que si bien era simpático ya estaba carcomiendo su interior, al fin ella le hablaría y le diría lo que el quiere escuchar hace tanto tiempo, si ese proyecto se presentaría ante su nariz como siempre había soñado o quizás ganara la lotería ese mismo día, algo poco común dado que el no era demasiado aficionado al juego.

Se apresuro a terminar las ultimas lineas sin reparar demasiado en ellas, debía salir rápido de esa oficina, quería salir y cruzar el umbral de la puerta y dirigirse hacia algún lugar que todavía no sabia bien cual seria, pero una fuerza dentro de su pecho le gritaba que lo encontrase. Era fuego, determinación, una fuerza impía que lo llevaba a moverse hacia un nuevo lugar, ya la había sentido antes, pero nunca le había permitido que lo guiara por completo, amaba esa sensación, le daba esperanzas, quizás fue miedo lo que nunca hizo que lograra salir por completo, o quizás solo era que no estaba listo, pero algo muy en el fondo pinchaba en su alma, crecía adentro suyo como una señal, que le hacia pensar que esa vez iba a ser la vez en que por fin iba a dejarlo salir, esa nueva esencia, ese nuevo grito que le decía que despertase del sueño y a la vez se lo decía a todos los demás, era una nueva pagina, unas nuevas lineas.

Estaba decidido a cambiar el mundo ni bien saliera de la habitación, sentía su cerebro como embriagado por aire de bar, en una dulce fragancia aceitosa pero elegante, como en una habitación con luces tenues y amarillentas y una charla de amigos sin lugar ni tiempo. Tomo su campera y saludo a sus compañeros de la redacción, se dispuso a comenzar a andar el nuevo camino, no sin antes leer las lineas que había escrito hace unos momentos para su día: Un acto de pura bondad te mostrara el camino que debes seguir de ahora en adelante, le pareció algo vació y sin muchos fundamentos para su nueva vida, pero lo olvido rápidamente y siguió su camino.

2 comentarios:

  1. transmite mucho..muy bueno!

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  2. Me gusta mucho... Y creo que tenés razón. Algunos ya estamos cansados de escuchar el desamor y su lenta máquina-
    Un beso!

    Gala Roma-

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