domingo, 31 de mayo de 2009

Polietireno Plastico

Era un viernes frío en Buenos Aires, los pocos rayos de sol que habían dado tregua a la ciudad se preparaban para despedirse y de la salidera del subte de la linea D, en Callao, emanaba un embriagante calor que llamaba dulcemente al descanso de las agotadas narices frías y extremidades casi congeladas de los numerosos transeúntes que pasaban por ahí.

Es necesario dentro de una narración que el autor sitúe al lector dentro de un espacio y tiempo determinados, para poder dar lugar al sucesivo accionar de un cumulo de acciones y descripciones que, metaforicamente, van a explicar sus pensamientos al instante de escribir su obra. Es por eso que no se puede realizar una obra sin situar al lector en un lugar y tiempo, esto entorpecería la obra e impediría que el autor se expresase. Por lo tanto es indispensable que el autor elija las palabras exactas con las que describir ese momento, es algo paradójico el hecho de cada palabra utilizada para describir lugar y acción no funcionen como mensajeros fieles del código que usa el autor para exponerse, ya que es imposible que el mismo código, con el cual el cerebro de quien lea esas palabras las interprete, sea usado por el lector y el escritor. De este artilugio es el que se valen los que escriben para esconder sus emociones en letras, elaborando grandes acertijos para que otro espíritu, en otro lugar los interprete a su gusto. Esto no presupone de ninguna manera que el autor escriba para que su obra vea la luz algún día, espero esto no se malinterprete, autor y lector pueden ser una misma persona, al momento de escribir el autor no siempre sabe lo que expresa, o en que nivel del subconsciente lo hace y es tarea del lector darle sentido a esas palabras evocando sus experiencias, amores o desventuras pasadas. Es entonces que el autor al colocar a un individuo dentro de un subte de la linea D con una vaso de polietireno lleno de café en su mano derecha y la izquierda en un caño frió y séptico, no es mas que un intento del autor de explicar que dentro de esa escena se trata de sugerir un ambiente frió y plástico. Intentando transmitir la sensación de alienación y plasticidad que puede experimentar un individuo cuando viaja en un subterraneo de una gran urbe en un frió día de mayo con un vaso de polietireno humeante en la mano derecha.

Tomó la barra de chocolate que antes había comprado en un kiosco sobre la Avenida Córdoba a un viejo con una cara bastante desagradable, el hombre tenia un aspecto grasoso en el rostro, se notaba que la calefacción del local lo estaba haciendo sudar, y su mirada dejaba ver lasciva para con una jovencita de colegio de monjas a la que facilmente doblaba en edad que atendía. Esa escena tenia el mismo tinte azul grisáceo casi enfermizo que el resto del día, las dos combinaban muy bien. Emergió la barra en el café y con la cucharita en forma de remo del café la fue disolviendo, era una tarea sumo complicada por los movimientos del tren pero una vez finalizada trajo mucha dicha. Masomenos en Escalabrini Ortiz el subte se desagoto lo suficiente como para que todos sus ocupantes se sentasen y ahí fue cuando su mirada hizo contacto con la figura de otro hombre el cual le llamo la atención no tenia nada en particular seria un hombre de pasados los 40 con un aspecto bastante sumiso, ya casi no le quedaba pelo en su lóbulo frontal y tenia puestos unos anteojos de marco aviador RayBan de un cristal bastante amarillento, estaba leyendo a Dostoievsky, Crimen y Castigo.
Desde niño tuvo el don de poder leer a las personas con solo verlas, se divertía tratando de adivinar como era la vida o la forma de pensar de las personas, anticipando sus actos aun antes de conocerlas. Este don con los años se había vuelto un oscuro pesar en su espalda, cada vez que conocía mas a los hombres se daba cuenta de lo miserables que eran, sus miedos, sus ansiedades, sus deseos, le causaban mucho asco pero a su vez había desarrollado una capacidad para no inmutarse ya con ningún sentimiento humano. Cuando vio a ese hombrecillo miserable vio su vida en esos anteojos de cristal amarillento, vio sus fracasos en el trabajo, vio como su jefe lo ostigaba porque solo su mera presencia parasitaria le causaba nauseas, vio como su matrimonio se vino abajo y también los abusos que sufrió de niño por su padre, siempre estricto y distante, vio sus sueños rotos y su futuro. Vio su muerte también. Pero todo esto a él le pareció insignificante, ya no sufría, ya no sentía, todo era intrascendente, porque el también era intrascendente, su vida entera se había convertido en una insignificancia.
El tren se detuvo, era su parada, ya quedaba menos de la mitad del liquido que había albergado el vaso de polietireno. Bajo y enfilo viaje hacia el mundo de arriba, ya casi oscurecía, todo estaba mas azul que antes.

4 comentarios:

  1. Sos re Botolouger man!
    GRande rulo, quiero andar en skate y es posta esta :P y enceñame a gregarte como amigo a blog xD jajajajajaj

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  2. re organizado el chico jajaja
    pero esta bueno lo que escribis
    bueno ahi dejando mi huella

    bye bye!

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  3. U.u.u.u me salee soloo u.u
    Guichermooo!!

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  4. hola ru que cosa esta que no entiendo muy dificil for me

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